El Salvador: Justicia para periodistas holandeses asesinados

EN MEMORIA DE PERIODISTAS HOLANDESES ASESINADOS 
Comentario de Stella Calloni / 20-03-2018
 
«Me emocionó mucho este esfuerzo de justicia por los colegas holandeses porque siempre que iba a El salvador en esos tiempos en que trabajaba para el UnoMásUno  estaba con estos compañeros. Nos hicimos muy amigos, cuates, y fue muy terrible para todos nosotros, los que trabajábamos en esa región. 
También fue asesinado un compañero nuestro del UnoMásUno  y una vez nos dispararon los solddaos en un automóvil en que íbamos cinco periodistas y por suerte nos salvamos, Luego yo estuve cuando el velatorio de Monseñor Romero -a quien había entrevistado a fines de 1979-, y  metimos el cajón cuando comenzaron a tirar desde todos los edificios alto de alrededor y todos entramos empujados, arrollados a la catedral -muy pequeña-. Estuvimos muy cerca de la muerte, pero como estaban todos los arzobispos de la región, el gobierno mandó a parar en un momento, gracias al llamado del padre Miguel d`Escotto, de Nicaragua, que pudo moverse cuando ya se habían asfixiado adentro algunas personas muy bajitas  porque estábamos apretados como sardinas, y pudo hablar desde el teléfono de la  iglesia con el presidente Duarte (José Napoleón, 1984-1989, demócrata cristiano) y decirle que si disparaba más sobre la catedral recordara que  además del pueblo -el que pudo entrar con nosotros-, estaban todos los obispos de la zona y eso iba a ser su final.. Bueno, escribo esto porque es hora de hacer justicia por todos los compañeros y por ese maravilloso equipo holandés, Un abrazo, Stella Calloni
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Fecha: sábado, 17 de marzo de 2018, 10:12
Asunto: EL SALVADOR: RECUERDAN A PERIODISTAS HOLANDESES ASESINADOS
 
 Exigen justicia para reporteros holandeses asesinados en El Salvador
San Salvador, 15 mar (PL) Algunas heridas sanan con el tiempo, pero otras dejan cicatrices que impiden olvidar, como el  impune asesinato de cuatro reporteros holandeses a manos de militares salvadoreños en 1982.
 Jan  Kniper, Johanes Wilensen, Andries Koster y Hans Lodewijkter  Laag fueron asesinados el 17 de marzo de 1982, en plena guerra civil, mientras filmaban un documental para la agencia televisiva holandesa IKON.
 
Los reporteros fueron emboscados y asesinados por el Batallón Atonal en Santa Rita, Chalatenango, quienes actuaron por  órdenes de los coroneles Mario Reyes Mena y Francisco
Morán, con la anuencia de la jerarquía castrense.
 
A tres décadas y media del crimen, la justicia salvadoreña sigue en deuda con los familiares de los periodistas masacrados, pero también con otra víctimas de la guerra: la libertad de expresión.
 
 ‘Si el caso se hubiera castigado, las cosas fueran distintas hoy’, estima Oscar Pérez, presidente de la Fundación Comunicándonos, promotora de la investigación y castigo de los autores intelectuales del  crimen.
 
Comunicándonos y la Asociación Salvadoreña para los Derechos Humanos (Asdhu) presentaron una denuncia para que la Fiscalía General de la República investigue y procese a los responsables  ejecutores de la masacre de Santa Rita.
 
‘El crimen sigue impune y ha dejado heridas profundas en la familia y la sociedad de la Países Bajos’, aseguró el embajador holandés en América Central, Peter Derrek Hof, quien acompañó la demanda.
 
Pedro Cruz, presidente de Asdhu, emplazó al Fiscal General Douglas Meléndez a investigar el crimen, cuyos autores fueron identificados por la Comisión de la Verdad hace años, y nada impide que sean juzgados y respondan por el crimen.
 
 ‘El informe de la Comisión de la Verdad señala intervenciones telefónicas y seguimientos a los periodistas holandeses.
 Los seguimientos de la inteligencia de la Fuerza Armada eran continuos y sistemáticos’, señaló Pérez.
 
Además, varios testimonios confirman que los reporteros se identificaron antes de ser ultimados,
 otra prueba de que los militares sabían a quienes emboscaban, porque tenían la información del aparato de inteligencia de la Fuerza Armada.
 
 Múltiples documentos detallan quién dio la orden, cómo fue planificado el ataque y quienes lo ejecutaron, por eso los familiares de los cuatro periodistas insisten en defender la memoria, buscar verdad y exigir justicia.
 
Las autoridades cerraron el caso debido a la Ley General de Amnistía para la Consolidación de la Paz, declarada inconstitucional hace par de años, lo cual permite reabrir la investigación y hacerla de forma exhaustiva.
 
 oda/cmv

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